HISTORIA DE LA VIRGEN Y MÁRTIR "SANTA FORTUNATA"

06.10.2016

Santa Fortunata, virgen y mártir, nació en Cesárea, Palestina, ciudad que solamente quedan ruinas en la actualidad. Es muy posible que haya venido al mundo en la penúltima década del siglo III del cristianismo entre los años 281 a 287 de nuestra era; las continuas persecuciones que sufrieron los cristianos por el Emperador Diocesano, en la llamada "Era de los Mártires", le tocó a Fortunata, al igual que muchos por su fe en Cristo, ser degollada un 14 de Octubre, entre los años 298 a 304 cuando sólo contaba con 17 años de edad, y cuyos restos se veneran con mucha fe en el altar de nuestra Catedral. La misma suerte corrieron sus hermanos Carponio, Evaristo y Prisciano en manos del inhumano Emperador.
Trasladado su cadáver al Cementerio de Calepodio en Roma, sus restos fueron exhumados quince siglos más tarde con autorización papal, y don Jaime Severine, donó el cuerpo de Santa Fortunata al Padre Fray Tadeo Ocampo, Comisario del Colegio de Propaganda FIDE de Moquegua, que se encontraba de visita en Roma a principios de 1796. Con los restos de la Santa se le dió también a Ocampo, un vaso con su sangre reseca por los siglos y las letras en originales en latín o sea la credencial de la autenticidad de Santa Fortunata. Con los sagrados restos, 23 religiosos y cuatro legos para su colegio de Moquegua, partió Ocampo del puerto español de Cádiz el 18 de octubre de 1796 en la nave mercante "Nuestra Señora de la Soledad".
Llega a la ciudad de Moquegua después de dos años, luego de una travesia bastantes dificultosa (Río de Janeiro, Sao Pablo, Buenos Aires, Córdoba, Tucumán, Salta, Arica, Ilo y Moquegua), la entrada a la ciudad la realizaron por el "Portillo" en donde se levantó un arco de flores, alfombrándose además la calle principal para el paso de la Santa que, conducía en hombros por la matronas de Moquegua, fue seguida de una lluvia de flores y del místico recogimiento por el clero, congregaciones religiosas y toda la feligresía que se congregó e la entrada de la ciudad. Los restos fueron recibidos por Lorenzo Vizcarra moqueguano que hizo como párroco de la ciudad y también a nombre del Obispo de la Diócesis de Arequipa. Mons. Chávez de la Rosa, fue trasladado luego a la Iglesia de San Francisco, en donde durante ocho días fue objeto de cultos especiales por parte del pueblo.
En una Urna, con pintura de Pan de Oro, se encuentra el sagrado cuerpo artísticamente retocado con una capa de yeso, en la cual muchos estudiosos han acreditado la autenticidad del cuerpo de la Santa.
Santa Fortunata es la Virgen, único caso en el mundo, cuyo cuerpo presente ubicado en una urna se le venera con gran fe y devoción y es sacada en procesión desde 1798 cada 14 de octubre . (La fiesta se inicia en el mes de Octubre, entre los días 12 y 14). 

El sentir colectivo Moqueguano como parte de su cultura, siendo una de las principales festividades religiosas de Moquegua es su "Santa Fortunata" a quien el pueblo Moqueguano rinde culto y pleitesía, toda la población en general para su desenvolvimiento se desarrollan diferentes actividades como el armado de alfombras florales por todas las calles y avenidas principales en donde la virgen hará su paso dejando la fe y esperanza en cada uno de sus devotos y feligreses que son participes de la procesión , los sahumerios dejan la fragancia impregnada de tan puro sentir sacro. Santa Fortunata, mártir del catolicismo, muestra del coraje, valentía y ternura de madre. 

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